¿Por qué escribe mi hijo mal?
¿Qué es la disgrafía?
Llamamos disgráficos a los niños que tienen graves dificultades grafomotoras sin que haya ninguna razón neurológica o intelectual que pueda explicar esta deficiencia.
La disgrafía es un trastorno de la organización, del desarrollo de la escritura; por tanto, no se diagnostica antes de los 7-8 años. Es una dificultad específica que no “La escritura de un niño disgráfico NO se parece a la de un niño pequeño.”
La disgrafía es una anomalía del movimiento cursivo, de la conducción del trazo, que se traduce sobre todo por dificultades de coordinación, irregularidades en los espaciamientos entre las letras y palabras, malformaciones y discordancias de todas clases, unidas con frecuencia a una calidad defectuosa del trazo.
Características de la disgrafía
La principal característica de la disgrafía es la inexistencia de trastorno neurológico o intelectual que sea lo suficiente importante como para justificar el trastorno. En el caso de que existiese algún problema de este tipo, entonces se trataría de algún tipo de discapacidad física o intelectual, pero no se le consideraría disgrafía. Otras de las características que definen este trastorno son:
- Se manifiesta a través de una serie de síntomas que aparecen desde el inicio de la escolarización y van en aumento a medida que avanza la escolarización inicial.
- Desde el inicio de la etapa escolar a los niños con disgrafía les cuesta mucho esfuerzo escribir y lo hacen más despacio que la media de la clase.
- Se percibe en los niños una notable rigidez motora o, por el contrario, excesiva laxitud.
- Los trazos no se mantienen uniformes, sino que varían constantemente.
- Distinto tamaño en palabras y letras, incluso en el mismo párrafo.
- Los movimientos para escribir suelen ser lentos, tensos y rígidos.
- Dificultades para organizar las letras dentro de la palabra o frase.
- Falta de control en la presión del lápiz, bolígrafo u otro instrumento de escritura.
- Posturas incorrectas. El niño mantiene el tronco muy cerca de la mesa o se inclina en exceso.
Tipos de disgrafía
Existen dos grandes tipos de disgrafía: disgrafía motriz y disgrafía específica. Disgrafía motriz. Se trata de trastornos psicomotores. El niño o niña comprende la relación entre los sonidos escuchados y la representación gráfica de estos sonidos. Sin embargo, encuentra dificultades en la escritura como consecuencia de una motricidad deficiente. Disgrafía específica. Se muestra con una mala percepción de las formas y, en ocasiones, una desorientación espacial y temporal y trastornos del ritmo. Los problemas en la escritura de estos niños se producen por un exceso de rigidez o de impulsividad, falta de habilidad, lentitud o extrema meticulosidad.
Consecuencias para el aprendizaje
Como ocurre con la lectura, la escritura es una competencia básica, por lo que, al no poder realizarla correctamente, estos niños pueden sufrir un descenso significativo en el ritmo de aprendizaje respecto a la media de la clase. Además, su capacidad de comunicación con los profesores y de resolución de los ejercicios y actividades académicas diarias queda seriamente mermada al no poder expresarse adecuadamente a nivel escrito.
Fuente: Universidad VIU